De Limbé a Doula hace algunos años se tardaba menos de una hora, pero
ahora se hace en casi dos horas. Entre los continuos reductores de velocidad de
carretera, la cantidad de enormes camiones y los interminables controles
policiales, ya se hace todo esto lento y cansino.
He parado unas horas para pasar por la Cía. Royal Air Maroc para cambiar
el billete de vuelta a Gran Canaria. Como en la embajada camerunesa exigen
billete de avión de vuelta, para no tener problemas en su obtención lo saqué
desde Douala, así que como ahora quiero pasar a Gabón, he tenido que cambiar
esa vuelta, que esta vez la haré desde Libreville.
Nuevamente en carretera me dirigí a Yaoundé con la Cía. United Express,
supuestamente una de las mejores (8.000Cfa./climatizada/wifi/incómoda/1h. de
retraso en la salida y algo más de 4h. de trayecto), para pasar unos días
visitando la ciudad, capital del país, mientras esperaba por la obtención del
visado de la embajada de Gabón.
Poco atractivo me ha parecido Yaoundé. Aunque los MotoTaxis están
limitados en el centro de la ciudad, como en Douala, el caos que se organiza
con los taxis compartidos es asombroso, si bien es un servicio fácil de usar y
barato (desde 100Cfa. el trayecto) para moverse. Como en toda ciudad grande es
el medio de transporte más utilizado por los vecinos. Se ven alguna que otra
guagua de línea pero son muy pocas.
Me he quedado en una habitación de camas compartidas, en la que no había
nadie más, en Foyer International de la Iglesia Presbiteriana (6.000Cfa.), una
antigua casa de hospedaje con baños compartidos, bastante limpia y familiar, en
el barrio Etoa Meki, cerca de las embajadas. Como no he considerado nada
interesante esta ciudad me he movido sólo el tiempo necesario para tramitar el
visado gabonés por el Mercado Central, ya bastante decadente, que ha perdido la
personalidad de antaño por los diferentes mercados que se encuentran en otros
puntos de la ciudad al que acuden muchísimos más vecinos.
La enorme Catedral de Notre Dame que se encuentra cerca y se podría decir
que es el centro neurálgico de esta ciudad, siendo más sencillo parar un taxi
para dirigirse a cualquier otro punto sin esperar mucho.
En frente hay un supermercado donde se encuentran sentados algunos
cambistas de moneda de turno, con buenos precios al cambio. En algún que otro
puesto del Mercado Central también se puede cambiar.
De suerte, en hora y media tenía sellado el pasaporte y con menos de una
semana para salir de Camerún, mi siguiente destino ha sido Kribi, otra ciudad
costera de excelentes playas y atracciones cercanas en la que quería pasar unos
días para organizar la primera incursión por Gabón.
Me he quedado el primer día en el hotel du Place (7.000Cfa./cama doble,
baño y ventilador) cerca de la estación de la Kribienne, la guagua que me ha
traído hasta aquí desde Yaounde (5.000Cfa./6h.). Salida con retraso, lenta e
incómoda.
En uno de los cinco controles de la policía uno de ellos me amenazó con
retenerme y sacar mi mochila de la guagua porque le mostré la copia en color
plastificada de los sellos del visado y de entrada de mi pasaporte, que siempre
hago porque casi todos los permiten, para que no me lo manoseen y ojeen todos
los sellos como si de una revista se tratara ya que me hacen perder tiempo en
los controles y siempre era el último en subir al medio de transporte.
Finalmente lo que quería era amedrentarme para pedir "un algo", y que
me volví a negar a dar. Sigue funcionándome el NO a la Corrupción. Y cruzo
dedos "por si aka!!". Por cierto, otros seis pasajeros también fueron retenidos
por diferentes motivos. Supongo que con la misma táctica de presión y de
"libre contribución".
Al siguiente día fui buscando una playa adecuada donde pasar unos días
pero aquí es realmente caro cualquier hotel frente al mar. Y los fines de
semana se llenan de locales aparentemente con bastante dinero. Pagar desde
30.000Cfa. la noche no es un gasto que se pueda permitir un camerunés medio. A
no ser que duerman cuatro en una cama!. Que no me extrañaría nada!.
Me he quedado finalmente en el hotel la Brisa (tras regateo:
20.000Cfa./cama doble, baño, Tv y climatizada), a 5 minutos del centro en MotoTaxi,
y con una pequeña playa bastante agradable.
Todas las mañanas los pescadores echan varias veces el trasmallo pero la
pesca es escasa. Lo más que arrastran son todo tipo de plásticos.
Las pequeñas comunidades de pescadores tienen sus viviendas a lo largo de
esta costa. Puestos de pescado a la brasa abundan igualmente. Hay algunos
restaurantes locales y barbacoas individuales que colocan mesas y sillas bajo
los árboles para que los clientes disfruten del día de playa. Las terrazas,
bares o buvettes se llenan de gente al atardecer. Allí mismo se come y se bebe.
Y se discute! Televisores, pantallas grandes para el fútbol o Dj's amenizan en
todo momento hasta bien entrada la noche.
A parte de playas y sus hoteles hay varias atracciones que hace a Kribi
un lugar idóneo no sólo de fines de semana.
A pocos kilómetros se encuentra la cascada La Lobe, de las pocas en el
mundo que cae directamente sobre el mar, formando una preciosa orilla de arena
dorada y espuma color chocolate que fluye entre el espeso bosque que la rodea.
Varias canoas de pescadores se acercan a capturar peces mientras otras
las ofrecen para pasear cerca de la caída de agua o para navegar río adentro.
La playa, aunque no es muy larga, es preciosa. Y limpia. Ya se encargan
los vendedores de los puestos y del restaurante cercano de adecentarla.
Mi siguiente paso será llegar a la frontera con Gabón.
Mi plan era cortar camino para ir a Ebolowa, la última gran ciudad camerunesa
con transporte hacia Amban - Kye Ossi, el paso fronterizo, sin tener que regresar
a Yaoundé, por una carretera de tierra que bordea el bosque del Parque Nacional
Campo-Man (175Kms.) ahora menos usada, pero los MotoTaxis no se atrevían o
pedían demasiado, por lo que tuve que desistir de idea y hacerlo por el trayecto
más largo. Salí de Kribi a las 8:30 y llegué a Ebolowa a las 17:15.
Cinco controles rápidos, uno identificativo y el último a mí solo,
intimidatorio, para pedirme 10.000Cfa. por apuntarme en un libro que, por
supuesto, me negué pagar. El tipo bajó al precio de hasta una puta cerveza y
seguí negándome. Mientras, los pasajero con tanta prisa como yo muy mosqueados
conmigo porque me sacaron del MiniBus y se estaba haciendo tarde. Y hasta no
les pareció bien que no quisiera sobornar al policía porque es costumbre en
ellos pagar. No entienden que si todos se negaran a pagar nadie seguiría
pidiendo. Allá ellos y sus miedos.
En Ebolowa me quedo en un hotel (sin nombre) al que me llevó un MotoTaxi
al preguntarle por alguno que fuera económico (7.000Cfa./cama doble, baño y
ventilador) cerca de las agencias de transporte. Como ya es demasiado tarde
para seguir preferí pasar la noche aquí y continuar el viaje mañana. Breve
paseo al caer la noche, cerca del hotel, y cena en una de las terrazas
ambientada con música de Dj.
Esta ciudad va a ser la última que me quedo antes de llegar a Kye Ossi
para poder cruzar la frontera entre Camerún y Gabón, mi siguiente destino.
Ya se verá...