lunes, 25 de noviembre de 2019

Finalizando Camerún

De Limbé a Doula hace algunos años se tardaba menos de una hora, pero ahora se hace en casi dos horas. Entre los continuos reductores de velocidad de carretera, la cantidad de enormes camiones y los interminables controles policiales, ya se hace todo esto lento y cansino.
He parado unas horas para pasar por la Cía. Royal Air Maroc para cambiar el billete de vuelta a Gran Canaria. Como en la embajada camerunesa exigen billete de avión de vuelta, para no tener problemas en su obtención lo saqué desde Douala, así que como ahora quiero pasar a Gabón, he tenido que cambiar esa vuelta, que esta vez la haré desde Libreville.
Nuevamente en carretera me dirigí a Yaoundé con la Cía. United Express, supuestamente una de las mejores (8.000Cfa./climatizada/wifi/incómoda/1h. de retraso en la salida y algo más de 4h. de trayecto), para pasar unos días visitando la ciudad, capital del país, mientras esperaba por la obtención del visado de la embajada de Gabón.
Poco atractivo me ha parecido Yaoundé. Aunque los MotoTaxis están limitados en el centro de la ciudad, como en Douala, el caos que se organiza con los taxis compartidos es asombroso, si bien es un servicio fácil de usar y barato (desde 100Cfa. el trayecto) para moverse. Como en toda ciudad grande es el medio de transporte más utilizado por los vecinos. Se ven alguna que otra guagua de línea pero son muy pocas.
Me he quedado en una habitación de camas compartidas, en la que no había nadie más, en Foyer International de la Iglesia Presbiteriana (6.000Cfa.), una antigua casa de hospedaje con baños compartidos, bastante limpia y familiar, en el barrio Etoa Meki, cerca de las embajadas. Como no he considerado nada interesante esta ciudad me he movido sólo el tiempo necesario para tramitar el visado gabonés por el Mercado Central, ya bastante decadente, que ha perdido la personalidad de antaño por los diferentes mercados que se encuentran en otros puntos de la ciudad al que acuden muchísimos más vecinos.
La enorme Catedral de Notre Dame que se encuentra cerca y se podría decir que es el centro neurálgico de esta ciudad, siendo más sencillo parar un taxi para dirigirse a cualquier otro punto sin esperar mucho.
En frente hay un supermercado donde se encuentran sentados algunos cambistas de moneda de turno, con buenos precios al cambio. En algún que otro puesto del Mercado Central también se puede cambiar.
De suerte, en hora y media tenía sellado el pasaporte y con menos de una semana para salir de Camerún, mi siguiente destino ha sido Kribi, otra ciudad costera de excelentes playas y atracciones cercanas en la que quería pasar unos días para organizar la primera incursión por Gabón.
Me he quedado el primer día en el hotel du Place (7.000Cfa./cama doble, baño y ventilador) cerca de la estación de la Kribienne, la guagua que me ha traído hasta aquí desde Yaounde (5.000Cfa./6h.). Salida con retraso, lenta e incómoda.
En uno de los cinco controles de la policía uno de ellos me amenazó con retenerme y sacar mi mochila de la guagua porque le mostré la copia en color plastificada de los sellos del visado y de entrada de mi pasaporte, que siempre hago porque casi todos los permiten, para que no me lo manoseen y ojeen todos los sellos como si de una revista se tratara ya que me hacen perder tiempo en los controles y siempre era el último en subir al medio de transporte. Finalmente lo que quería era amedrentarme para pedir "un algo", y que me volví a negar a dar. Sigue funcionándome el NO a la Corrupción. Y cruzo dedos "por si aka!!". Por cierto, otros seis pasajeros también fueron retenidos por diferentes motivos. Supongo que con la misma táctica de presión y de "libre contribución".
Al siguiente día fui buscando una playa adecuada donde pasar unos días pero aquí es realmente caro cualquier hotel frente al mar. Y los fines de semana se llenan de locales aparentemente con bastante dinero. Pagar desde 30.000Cfa. la noche no es un gasto que se pueda permitir un camerunés medio. A no ser que duerman cuatro en una cama!. Que no me extrañaría nada!.
Me he quedado finalmente en el hotel la Brisa (tras regateo: 20.000Cfa./cama doble, baño, Tv y climatizada), a 5 minutos del centro en MotoTaxi, y con una pequeña playa bastante agradable.
Todas las mañanas los pescadores echan varias veces el trasmallo pero la pesca es escasa. Lo más que arrastran son todo tipo de plásticos.
Las pequeñas comunidades de pescadores tienen sus viviendas a lo largo de esta costa. Puestos de pescado a la brasa abundan igualmente. Hay algunos restaurantes locales y barbacoas individuales que colocan mesas y sillas bajo los árboles para que los clientes disfruten del día de playa. Las terrazas, bares o buvettes se llenan de gente al atardecer. Allí mismo se come y se bebe. Y se discute! Televisores, pantallas grandes para el fútbol o Dj's amenizan en todo momento hasta bien entrada la noche.
A parte de playas y sus hoteles hay varias atracciones que hace a Kribi un lugar idóneo no sólo de fines de semana.
A pocos kilómetros se encuentra la cascada La Lobe, de las pocas en el mundo que cae directamente sobre el mar, formando una preciosa orilla de arena dorada y espuma color chocolate que fluye entre el espeso bosque que la rodea.
Varias canoas de pescadores se acercan a capturar peces mientras otras las ofrecen para pasear cerca de la caída de agua o para navegar río adentro.
La playa, aunque no es muy larga, es preciosa. Y limpia. Ya se encargan los vendedores de los puestos y del restaurante cercano de adecentarla.
Mi siguiente paso será llegar a la frontera con Gabón.
Mi plan era cortar camino para ir a Ebolowa, la última gran ciudad camerunesa con transporte hacia Amban - Kye Ossi, el paso fronterizo, sin tener que regresar a Yaoundé, por una carretera de tierra que bordea el bosque del Parque Nacional Campo-Man (175Kms.) ahora menos usada, pero los MotoTaxis no se atrevían o pedían demasiado, por lo que tuve que desistir de idea y hacerlo por el trayecto más largo. Salí de Kribi a las 8:30 y llegué a Ebolowa a las 17:15.
Cinco controles rápidos, uno identificativo y el último a mí solo, intimidatorio, para pedirme 10.000Cfa. por apuntarme en un libro que, por supuesto, me negué pagar. El tipo bajó al precio de hasta una puta cerveza y seguí negándome. Mientras, los pasajero con tanta prisa como yo muy mosqueados conmigo porque me sacaron del MiniBus y se estaba haciendo tarde. Y hasta no les pareció bien que no quisiera sobornar al policía porque es costumbre en ellos pagar. No entienden que si todos se negaran a pagar nadie seguiría pidiendo. Allá ellos y sus miedos.
En Ebolowa me quedo en un hotel (sin nombre) al que me llevó un MotoTaxi al preguntarle por alguno que fuera económico (7.000Cfa./cama doble, baño y ventilador) cerca de las agencias de transporte. Como ya es demasiado tarde para seguir preferí pasar la noche aquí y continuar el viaje mañana. Breve paseo al caer la noche, cerca del hotel, y cena en una de las terrazas ambientada con música de Dj.
Esta ciudad va a ser la última que me quedo antes de llegar a Kye Ossi para poder cruzar la frontera entre Camerún y Gabón, mi siguiente destino.

Ya se verá...