martes, 3 de diciembre de 2019

El P.N. de la Lopé

He comenzado el desplazamiento en MiniBus desde Oyem hasta Ndjolé (4h./10.000Cfa) una pequeña ciudad-cruce de carreteras y de vías del ferrocaril que une Libreville al N.E., con Franceville al S.O. (aprox. 640 kms.) y Lambaréné hacia el S..
La excelente carretera construida hace años por la Comunidad Europea atraviesa constantemente los impenetrables bosques ecuatoriales (me encuentro justamente en el Ecuador), y en muchos puntos la envuelve completamente desde ambos lados. No ha sido nunca adecentada y la hipnótica espesura que invade completamente los carriles es  "podada" al ser rozada por los pocos vehículos que circulan por ella.
Como me han advertido que la Carretera Nacional 2 que va en dirección al Parque Nacional de La Lopé está en muy mal estado y el único medio de transporte fiable que realiza este recorrido es el tren, realizando una de sus tantas paradas en Lopé, pueblo justamente a la entrada del Parque, aproveché una vez llegado a Ndjolé para dejar las mochilas, y ducharme, en un hotel de esos de paso hasta la noche en una habitación que me alquilaron por 4.000Cfa. porque el tren no llegaba hasta las dos de la mañana. De paso aproveché también para visitarla e interaccionar un poco con algunos vecinos en los bares, claro!.
El río Ogooue atraviesa la ciudad y como está sucediendo en lago Chad el agua ha subido bastante como para inundar muchas casas cerca de la orilla. Parece ser que las lluvias este año han sido constantes y con mucha agua.
Tradicionalmente ha sido el lugar de descarga de las compañías madereras dejaban sus mercancías en embarcaciones y que luego lo transportaban por el río hasta la costa. Aunque aún se sigue practicando, el buen estado actual de la carretera muchos enormes camiones realizan este trabajo.
Sobre un altillo, una peculiar iglesia cristiana vigila esta parte de la ciudad, donde todo se lleva a cabo y se encuentra también su activo pero mal cuidado mercado, tiendas de víveres, telefonía o ropa, varios grandes supermercados, los típicos puestos de barbacoas, bares con sillas y mesas y música muy alta, parada de clandós (taxis compartidos) con diferentes direcciones... Un movimiento constante de gente tanto en canoa, minibuses como cargando mercancías comprada ahí mismo denota el gran auge comercial en este cruce de carreteras que lo hace centro comercial de esta parte del país.
Para ir a su estación de tren (SETRAG/TransGabonais Explotation Company) que se encuentra a 8Kms. hay que subir a un clandó (500Cfa.). El boleto se compra horas antes de que llegue el tren. Sólo hay asientos de primera y de segunda. Este sale de Libreville a las 6 de la tarde, por lo que los diferentes paisajes que atraviesa se realiza de noche, llegando a Franceville, al otro extremo del país, durante la mañana, si no ha sufrido retraso. Es una lástima porque las mejores escenas del viaje se dejan de apreciar por circular a oscuras. Me comentaban algunos pasajeros que suelen hacer este recorrido que desconocen lo que atraviesan en tren. Básicamente porque a la mayoría tampoco les interesa ni valoran sus paisajes naturales. Lo mismo ocurre con el que viene de Franceville Libreville porque salen casi a la misma hora.
El tren que subí fue el Express, un tren moderno con unos vagones prácticamente nuevos, climatizado y sillones de calidad. La diferencia entre Primera y Segunda es simplemente el grosor del asiento, que se reclina un poco más! y que cuesta casi el doble. Como Primera estaba todo vendido compré Segunda y pensando en India China, que iría apretado y "petado" de gente, la sorpresa fue aún más grande al ir atravesando los vagones para llegar al mío y encontrar Primera "petado" de gente y Segunda, los pocos últimos vagones, completamente vacíos de pasajeros. El único inconveniente que observé fue que habían más cucarachas que pasajeros!!. Aunque eran las pequeñas, creo que las llaman "inglesas" o algo así, no me incomodó.
El tren había llegado a Ndjole con hora y media de retraso e igualmente sucedió al llegar a LopéEl itinerario con los nombres de las Estaciones donde para se encuentra escrito en todos los vagones pero hay que estar muy atento al paso de ellas porque no las comunican por megafonía y al ser de noche se pueden pasar si no se va controlando una a una. Como casi me sucede, pues me bajé una estación antes porque alguien me dijo que habíamos llegado a Lopé. Caminando por el empedrado de las vías hacia la terminal pregunté a unos jóvenes que estaban asomados a una de las puertas del vagón y me dijeron que no, que subiera rápido, que esa no era la Estación. Era la siguiente!.
En Lopé, a las 03:30, me esperaba Paul, el propietario del motel Lokanda  (10.000Cfa./cama doble/ventilador/baño compartido, o 15.000Cfa. climatizado) que llaman "Casa de Passage", fabricado con tablones de madera y techo de metal corrugado -a medio día es necesario el ventilador, o climatización-, a quien había telefoneado desde Ndjolé avisándole que me quedaría en su establecimiento. Al igual que todo el pueblo, sólo hay luz entre las 16:00 (a veces antes) y 08:00. Un generador de corriente alimenta a todo el pueblo (mas o menos 1.000 habitantes), y cada casa tiene su contador. La ducha se realiza con cubos de agua.
Casas de passage hay varias y sobre el mismo precio y características. Un poco más alejado se encuentra las cabañas de lujo del hotel Lopé, en la orilla del río Ogooué. Se sale del presupuesto, evidentemente. .
Ese mismo día, y a pocas horas de mi llegada, uno de los tantísimos ferrocarriles que transportan manganeso descarriló una treintena de vagones quedando el servicio de trenes suspendido durante varios días mientras arreglaban las vías. No he tenido más remedio que quedarme obligatoriamente casi una semana porque no hay otra manera de salir de esta parte del país debido al malísimo estado de las carreteras.
En una de las oficinas de la estación de tren tiene su negocio Saturné, un conocido y excelente guía local, que contraté para que me llevara durante dos días y medio al interior del parque nacional, pernoctando en tiendas de camping dos noches.
Con más de 5.300Km² en todo el Parque Nacional de la Lopé (primer espacio protegido de Gabón) se ha registrado más de 1.500 especies diferentes de plantas, 412 de las 700 especies de aves de todo el país, Mandriles, Gorilas de llanura, Chimpancés, Colobos negros, Cercopitecos de Gabón (endémico), Monos de nariz blanca, Elefantes enanos y Búfalos de la selva, Leopardos, Sitatungas, Duikers de lomo amarillo, Ardillas...
Hace algo más de dos décadas sus bosques eran explotados para obtener la madera del Okoumé, el árbol más preciado de las selvas gabonesas: En 2001 cesó su extracción en el área y en 2002, con la declaración conjunta de los parques nacionales sus bosques dejaron de explotarse. La caza furtiva también dejó de ser tan persistente al igual que la tala descontrolada de árboles aunque el gobierno hoy día no tiene medios suficientes para perseguirlo.
El territorio del Parque está siendo analizado por arqueólogos desde el año 1987. Las orillas del río Ogooué, especialmente las zonas elevadas, han sido habitadas desde hace 400.000 años. Se han identificado refugios, evidencias de trabajo del hierro, unos 1.800 grabados en la roca y muchas cuevas.
Además de la migración aguas arriba de bantúes pigmeos, en dirección contraria llegó al océano la cultura Tshitolian hace 14.000-5.000 años. Actualmente, la zona sigue siendo habitada por multitud de etnias agrupadas en tribus o comunidades. Se estima que hay unas 2.000 personas viviendo dentro del Parque. Tras la llegada de la colonización se construyó la actual carretera y las vías del tren a orillas del río para la explotación maderera, con lo que se levantaron aldeas en los mismos lugares.
Diferentes precios determinan el tipo de safari que se puede realizar para observar de cerca la cantidad de vida existente en el parque.
Es obligatorio la contratación de un guía y dependiendo de la cantidad de visitantes varios guardas del parque. En mi caso fue necesario un vehículo 4x4, un guía y un guarda forestal (Joseph) que en ningún momento se separaba de mi. El peligro de los animales salvajes se encuentra a pocos metros y puede sorprender. Unas normas de obligado cumplimiento me fue dictado antes de comenzar la marcha como que en caso de ataque de algún chimpancé hacer una barrera entre los tres, gritar y realizar movimientos también de ataque, o si un elefante nos descubre y nos ataca soltar mochilas y correr separadamente!. Esta me gustó más!.
Hemos circulado unos 15Kms. (10 en línea recta) del pueblo hasta una zona de sabana parcheada con una enorme cantidad de hectáreas de bosque de galería tan espeso que es casi imposible distinguir un elefante a pocos metros.
En un primer intento montamos las tiendas junto a un riachuelo para tener cerca agua para la comida y bañarnos, pero comenzó estrepitosamente a llover, obligándonos a recoger todo el material y cambiar de ubicación por el riesgo que teníamos de inundarse las tiendas. Nos pareció buena idea montar todo en una de las tarimas de las casetas del Punto de Observación del Parque que se encuentran sobre un cerro, y aunque no ha sido concluido aún por los carpinteros, teníamos una visión perfecta de la vida que pudiera moverse por esa zona, aunque algo lejos del acceso al agua (1,5Kms.), al que tendríamos que regresar para embotellarla y trasladarla al campamento en varias ocasiones, o lavarnos. Como ha estado lloviendo en varias ocasiones el agua corre canela.
Durante los dos días y medio hemos caminado por una red laberíntica de senderos marcado tanto por los guardas forestales como por los propios animales en sus desplazamientos en busca de alimentos. Atravesamos una serie de arroyos que circulan entre frondosos árboles y arbustos rodeado de apacibles sonidos de aves y algún que otro gran animal. 
Lo más característico de este espacio es el mosaico de sabanas y bosques húmedos. Sobre el origen y persistencias de éstas existe cierta controversia pues no se termina de entender la presencia de los claros herbáceos en las condiciones de humedad de estas latitudes ecuatoriales. Claros que la selva no llega a reconquistar.
Sin embargo, comparado con otros parques que he visitado no me ha parecido tan extraordinario como lo publicitan, a no ser que se profundice durante muchos días a pie en su interior persiguiendo al tipo de animal que se quiere localizar.
Hemos seguido las huellas de varios grupos de elefantes enanos hasta que nos localizaron antes que nosotros a ellos, produciéndose un encuentro crítico por el cual tuvimos que abandonar la zona "sin mirar atrás!". Son mucho más agresivos que cualquier otro elefante africano, sobre todo si se mueven con alguna cría.
Huellas de nudillos y pies de Chimpancé, incluso los hemos oído gritar, y localizar algunos nidos usados en su momento. Estábamos en su camino pero no los hemos podido ver.
Vimos un cocodrilo en una charca que posiblemente tenga una cueva profunda que se comunica con el río Ogooué. Restos biológicos y huellas de Antílopes, Cervatillos, Cerdos salvajes, varios grupos de Búfalos, algunas Águilas coronadas, parejas de Turacos, Abejarucos rosados, Ardillas, y es posible que nos haya visto alguna pantera y haya huido al interior.
El bosque pluvial es un ecosistema lleno de vida animal y vegetal, pero esto no garantiza la perfecta visión de la vida silvestre. Las diferentes especies se mueven diariamente en busca de comida y un espacio para descansar por lo que pocas veces se encuentran en los mismos lugares. Hay que caminar bastante intentando no hacer ruido en absoluto y oyendo los diferentes sonidos que llegan desde el interior. Y Saturné para esto es un máquina!. Descifraba la mayoría de los sonidos. Las explicaciones referentes a las plantas y los árboles existentes sorprendían igualmente al guarda que no dejaba de observarle detenidamente cuando me comunicaba las informaciones al respecto.
Como los helechos tan altos como arbustos, o árboles que albergan nidos de hormigas que al sentir el golpe o movimiento sobre su tronco se lanzan a defenderlo ferozmente produciendo picaduras muy peligrosas.
De vuelta a Lopé, me he vuelto a quedar en el motel para realizar limpieza de ropa, una buena ducha, beber unas fresquitas cervezas y esperar al tren con dirección Francesville que según los agentes de la compañía pasaría sobre la una de la mañana. De esta manera pude dormir y descansar unas pocas horas.