He comenzado el
desplazamiento en MiniBus desde Oyem hasta Ndjolé (4h./10.000Cfa)
una pequeña ciudad-cruce de carreteras y de vías del ferrocaril que une Libreville al
N.E., con Franceville al S.O. (aprox. 640 kms.)
y Lambaréné hacia el S..
La excelente carretera construida hace años por la Comunidad Europea atraviesa constantemente los impenetrables bosques ecuatoriales (me encuentro
justamente en el Ecuador), y en muchos puntos la envuelve completamente desde ambos
lados. No ha sido nunca adecentada y la hipnótica espesura que invade completamente los carriles es "podada" al ser rozada por los pocos vehículos que circulan por ella.
El río
Ogooue atraviesa la ciudad y como está sucediendo en lago Chad el
agua ha subido bastante como para inundar muchas casas cerca de la orilla.
Parece ser que las lluvias este año han sido constantes y con mucha agua.
Tradicionalmente ha sido
el lugar de descarga de las compañías madereras dejaban sus mercancías en
embarcaciones y que luego lo transportaban por el río hasta la costa. Aunque aún se sigue
practicando, el buen estado actual de la carretera muchos enormes camiones
realizan este trabajo.
Para ir a su estación de
tren (SETRAG/TransGabonais Explotation Company) que se encuentra a 8Kms.
hay que subir a un clandó (500Cfa.). El boleto se
compra horas antes de que llegue el tren. Sólo hay asientos de primera y de
segunda. Este sale de Libreville a las 6 de la tarde, por lo
que los diferentes paisajes que atraviesa se realiza de noche, llegando a Franceville,
al otro extremo del país, durante la mañana, si no ha sufrido retraso. Es una
lástima porque las mejores escenas del viaje se dejan de apreciar por circular a
oscuras. Me comentaban algunos pasajeros que suelen hacer este recorrido que
desconocen lo que atraviesan en tren. Básicamente porque a la mayoría tampoco les interesa ni valoran sus paisajes naturales. Lo mismo ocurre con el que viene de Franceville a Libreville porque
salen casi a la misma hora.
El tren había llegado
a Ndjole con hora y media de retraso e igualmente sucedió al
llegar a Lopé. El itinerario con los nombres de las Estaciones donde para se encuentra escrito en todos los vagones pero hay que estar muy atento al paso de ellas porque no las comunican por megafonía y al ser de noche se pueden pasar si no
se va controlando una a una. Como casi me sucede, pues me bajé una estación
antes porque alguien me dijo que habíamos llegado a Lopé. Caminando
por el empedrado de las vías hacia la terminal pregunté a unos jóvenes que
estaban asomados a una de las puertas del vagón y me dijeron que no, que
subiera rápido, que esa no era la Estación. Era la siguiente!.
Casas de passage hay
varias y sobre el mismo precio y características. Un poco más alejado se
encuentra las cabañas de lujo del hotel Lopé, en la orilla del río
Ogooué. Se sale del presupuesto, evidentemente. .
Ese mismo día, y a pocas horas de mi
llegada, uno de los tantísimos ferrocarriles que transportan manganeso descarriló una
treintena de vagones quedando el servicio de trenes suspendido durante varios
días mientras arreglaban las vías. No he tenido más remedio que quedarme
obligatoriamente casi una semana porque no hay otra manera de salir de esta
parte del país debido al malísimo estado de las carreteras.
Con más de 5.300Km² en
todo el Parque Nacional de la Lopé (primer espacio protegido
de Gabón) se ha registrado más de 1.500 especies
diferentes de plantas, 412 de las 700 especies de aves de todo
el país, Mandriles, Gorilas de llanura, Chimpancés, Colobos negros,
Cercopitecos de Gabón (endémico), Monos de nariz blanca, Elefantes
enanos y Búfalos de la selva, Leopardos, Sitatungas, Duikers
de lomo amarillo, Ardillas...
Hace algo más de dos
décadas sus bosques eran explotados para obtener la madera del Okoumé,
el árbol más preciado de las selvas gabonesas: En 2001 cesó su
extracción en el área y en 2002, con la declaración conjunta de los
parques nacionales sus bosques dejaron de explotarse. La caza furtiva también
dejó de ser tan persistente al igual que la tala descontrolada de árboles
aunque el gobierno hoy día no tiene medios suficientes para perseguirlo.
Además de la migración
aguas arriba de bantúes y pigmeos, en dirección
contraria llegó al océano la cultura Tshitolian hace 14.000-5.000
años. Actualmente, la zona sigue siendo habitada por multitud de etnias
agrupadas en tribus o comunidades. Se estima que hay unas 2.000 personas
viviendo dentro del Parque. Tras la llegada de la colonización se construyó la
actual carretera y las vías del tren a orillas del río para la explotación
maderera, con lo que se levantaron aldeas en los mismos lugares.
Diferentes precios
determinan el tipo de safari que se puede realizar para observar de cerca la
cantidad de vida existente en el parque.
Hemos circulado unos 15Kms.
(10 en línea recta) del pueblo hasta una zona de sabana parcheada con una
enorme cantidad de hectáreas de bosque de galería tan espeso que es casi imposible
distinguir un elefante a pocos metros.
En un primer intento
montamos las tiendas junto a un riachuelo para tener cerca agua para la comida
y bañarnos, pero comenzó estrepitosamente a llover, obligándonos a recoger
todo el material y cambiar de ubicación por el riesgo que teníamos de inundarse las tiendas. Nos pareció buena idea montar todo en una de las tarimas de las
casetas del Punto de Observación del Parque que se encuentran
sobre un cerro, y aunque no ha sido concluido aún por los carpinteros,
teníamos una visión perfecta de la vida que pudiera moverse por esa zona, aunque algo lejos del acceso al agua (1,5Kms.), al que tendríamos que regresar
para embotellarla y trasladarla al campamento en varias ocasiones, o lavarnos. Como ha estado lloviendo en varias ocasiones el agua corre canela.
Lo más característico de
este espacio es el mosaico de sabanas y bosques húmedos. Sobre el origen y
persistencias de éstas existe cierta controversia pues no se termina de
entender la presencia de los claros herbáceos en las condiciones de humedad de
estas latitudes ecuatoriales. Claros que la selva no llega a reconquistar.
Sin embargo, comparado con
otros parques que he visitado no me ha parecido tan extraordinario como lo
publicitan, a no ser que se profundice durante muchos días a pie en su interior
persiguiendo al tipo de animal que se quiere localizar.
Huellas de nudillos y pies
de Chimpancé, incluso los hemos oído gritar, y localizar algunos
nidos usados en su momento. Estábamos en su camino pero no los hemos podido ver.
Vimos un cocodrilo en
una charca que posiblemente tenga una cueva profunda que se comunica con
el río Ogooué. Restos biológicos y huellas de Antílopes,
Cervatillos, Cerdos salvajes, varios grupos de Búfalos,
algunas Águilas coronadas, parejas de Turacos, Abejarucos
rosados, Ardillas, y es posible que nos haya visto alguna pantera y
haya huido al interior.
Como los helechos tan
altos como arbustos, o árboles que albergan nidos de hormigas que al sentir el
golpe o movimiento sobre su tronco se lanzan a defenderlo ferozmente
produciendo picaduras muy peligrosas.
De vuelta a Lopé,
me he vuelto a quedar en el motel para realizar limpieza de ropa, una buena
ducha, beber unas fresquitas cervezas y esperar al tren con dirección Francesville que
según los agentes de la compañía pasaría sobre la una de la mañana. De esta
manera pude dormir y descansar unas pocas horas.